PICASSO
Si en mis días nunca hubieses existido,
si tus ojos claros no me hubiesen
hecho prisionero de tu mirada,
en aquellos días de brumas
escondidas entre los pliegues
del recuerdo preciso del tiempo.
Si
nunca hubiésemos sido jóvenes,
si el amor con su poder
de aprisionar cuerpos y voluntades,
no hubiese caminado por el sendero
de los sueños adolescentes
manipulándonos con sus trucos.
El camino no tendría tus huellas,
el aroma del aire no seguiría
recordándome tu rostro,
y el tiempo nos miraría de soslayo
como a desconocidos mortales.
©José Manuel Serna