Siempre encuentro
palabras por inventar,
resuenan en el
frágil vuelo de tu presencia,
y alejan los últimos
recuerdos
de este olvidado
sentimiento,
que lucha feroz
contra los sueños
en la distancia del
presente.
Después de haber
osado pronunciar tu nombre,
ni siquiera en el
ritmo acompasado de un verso,
hallo la forja
verdadera de la palabra,
la que enturbia la
voz y el aliento,
la que se derrumba
tras el grito
y devora jadeante
los silencios.
©José Manuel Serna