Tal vez sea
imposible
sobrevivir a la
esperanza,
cuando la razón de
amarnos
es una realidad
que se viene anunciando
desde siempre,
tatuada como llama
viva
en el espejo de
la ausencia
que refleja,
a manera de perpetua
vigilia,
lo inabarcable de
nuestros rostros
en el aire de la
sonrisa perdida.
©José Manuel Serna