La viajera borró sus
huellas
como una furiosa
tempestad,
con anhelos de huir
tras el viento
inclemente.
La memoria anidando
en el balanceo de
las olas,
enturbio el recuerdo
de la casa sin
ventanas.
Desconocía la verdad
derretida
entre los vínculos
de la luz,
tenía la mente
abierta
al balbuceo de las
libélulas
cuando me sentí
dueño
de la confusión y el
llanto.
©José Manuel Serna
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Voy a hacer un paréntesis por unos días, os dejo con un poema y con mis mejores deseos para que cada uno viva en su corazón la paz y el amor, algo que no nos tiene que faltar en nuestras vidas.
Regresaré con el año nuevo para que juntos naveguemos por el mundo de las letras.
Sed felices, por lo menos intentadlo, besos y abrazos.
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