lunes, 30 de enero de 2012

NECESITO



Sólo necesito
tu tierna  mirada de pálida muchacha,
necesito invadir tus sueños
cuando estás condenada a soñar
sinceras palabras,
y espigas movidas por el viento
en los campos del ayer.

Necesito encontrar el espacio
que hay entre tu dulce sonrisa
y tu paciente personalidad,
donde los imposibles
siembran esperanzas
de encontrar la confianza derrotada.

Necesito que descubras
tu tristeza y mi tristeza,
para que juntas puedan estallar en risas.

Necesito que te mires
en un mar imaginario y claro,
donde no verás tu rostro,
sino mis ojos mirando tus ojos.


José Manuel Serna ®

lunes, 23 de enero de 2012

OTRO DÍA


Al otro lado del horizonte
consigue replegarse al fin
el impío sol de nuestras vidas.
A pesar de la hostil noche
que se aproxima, 
una fugaz y cálida esperanza
me conquista, 
y me arrastra
a izarme en un deambular por la existencia.
La última etapa del día,
desemboca en una cabilación
sobre la indiferencia
que han supuesto los momentos vividos.
Pensamientos ruidosos y sin fundamento
obvian las sonrisas y carcajadas,
para desembocar en un entorno de silencios
y claroscuros propósitos.
Hoy como tantos otros
parece que ha sido,
o por lo menos a mi me lo parece,
un día de tantos.


José Manuel Serna ®

miércoles, 18 de enero de 2012

DESPERTAR

Estoy de regreso
de la plenitud del sueño,
un rayo de sol despierta las verdes riberas
donde bebo de la inmensidad de tus dulces besos,
aquellos que me desgarraron desafiando la ternura.
El despertar en sigilo y descalzo,
resuena agudo en la memoria, 
junto a tu cuerpo derramo
la profunda sombra en el cielo de tus ojos.

Me incorporo de la cama
donde sigues dormida como agua en el estanque,
las blancas sábanas cubren tu desnudez
cual rocío sobre las hojas de los árboles.
Tu piel desnuda sin límites
despierta a mi cuerpo, quieto y disperso,
la sed de beber tus sueños
para así poder sudar amor
por todos los poros de mi piel.

José Manuel Serna ®

miércoles, 11 de enero de 2012

INCERTIDUMBRE

Apenas si brilla en la memoria
la caricia de tus palabras,
he llegado a la nostalgia final
y me embargan las sensaciones
de una húmeda esperanza.
En esta diáfana mañana, 
en un ir y venir de la ventana a la cama,
nos separa la dimensión de tus manos vacías
y el reencuentro uno frente a otro.
La realidad sorprendería la casualidad
de convertirse en nuestro equivocado destino.
Creciste en mi
tanto como la hiedra,
abrazando toda la inmensidad de mi ser.
Te hundiste en mi
como la oscura ciénaga,
hasta el fondo de mi corazón.
Pero ahora la sublime sensación
surgida de la profunda incertidumbre,
me descubre los peldaños etéreos,
y me elevan hacia una nueva realidad
que con certeza deberé recorrer sin ti.

José Manuel Serna ®