Amo los buenos días
que acompañan el despertar,
amo ese bostezo
que surge al frotarnos los ojos.
Amo el deseo
que alumbra mis pasos,
amo la multitud
que aun desconozco.
Amo la pregunta
que ansía respuesta,
amo los errores
de lo que siempre creí aciertos.
Desde el alba,
que con rutina llega,
arañando la palidez de la tierra,
hasta la siempre
oscuridad casi infinita,
todo merece ser amado.
José Manuel Serna©