lunes, 27 de agosto de 2012

SALVAJE

Litografía de Steve Hank



La miró asombrado
y meditó un instante.
El tiempo estaba desapacible
y tormentoso,
las horas se hacían
especialmente tediosas,
se repetían por el procedimiento
de la exclusión continua.
No pudo, sino muy ocasionalmente,
cumplir con el sentimiento
normal hacia los demás…
Hundidos los ojos en ella
intentó leer en su alma,
y el eco de esa ternura
abrigo su corazón
como si desgajara la temblorosa existencia
en una espera sin fin.
En aquel instante tuvo miedo
de su mirada, vidrio
que dejaba filtrar el viento,
morada oscura donde hundir
el aliento abierto de los deseos.
Se dispersaba un hálito de quietud,
donde el presagio en la conciencia
del sueño desierto
mostró el reflejo desde el ventanal,
espejo de la fuerza de los años.
Era hielo y desnudez,
sinuosa como senderos escondidos,
la misma criatura salvaje
que tiempo atrás
devoró su corazón.



José Manuel Serna©