No hay
horas sorprendidas
si el
reposo entre tus brazos
se
extiende hasta mi sangre.
No hay
dulzura en el olvido
si la voz
callada retiene
tu cálida
presencia.
No hay
mundo en el recuerdo
si nado
hasta la otra orilla
y en el
vaivén del sueño te pierdo.
No hay
calma en mi llegada
si el
límite de tus labios
es la
sombra de mi gozo.
©José
Manuel Serna
2013
27 comentarios:
apura el pulso, vértigo en el deseo de tu protagonista
intenso poema JOSE
abrazos y buena jornada
Una preciosura, como siempre José Manuel.¡Cuánta finura tienen tus versos !
"No hay mundo en el recuerdo
si nado hasta la otra orilla" encantadoras palabras !
Un abrazo gigante.
¡Feliz jueves !
Sin palabras
sin aliento
así me siento
ante tus versos
una lluvia de besos
No hay horas, ni tiempo en la poesía, por eso te agradezco vuelvas a compartir este poema para saborearlo, que es precioso.
No hay calma cuando sus ojos no te miran, cuando sus labios no te besan, cuando el olvido es amargo en el tiempo.
Un placer siempre leerte.
Un beso.
gracias Jose por tu visita , aunque tu comentario se basa en el comentario anterior ya que no hay relación con el texto
abrazos
No hay gozo más bello que leerte en silencio...
Gracias por volver a compartir este poema.
Un abrazo admirado, José Manuel.
Bellisimo. Gracias por reeditarlo
Abrazos
Bellisimo. Gracias por reeditarlo
Abrazos
Cuando se ama no existe el tiempo, ni el olvido, ni el mundo...Tus letras tratan de acercarse a esa orilla, donde se quedó anclado el recuerdo y clama por seguir siendo...Mi felicitación y mi abrazo grande por tu inspiración.
M.Jesús
Maravilloso poema lleno de lirismo y amor, para el amor no existe ni el tiempo ni la distancia, cada momento vivido con amor deja una estrella en el alma a la qué siempre retornas.
Un abrazo con cariño.
Ángeles
Que nunca acabe ese sentimiento...
Un abrazo enorme.
Benditas reediciones que nos hacen saborear de nuevo, o por vez primera versos tan bonitos y sentidos como estos.
Besos y feliz día.
En el olvido no puede haber dulzura, por más que uno la busque en los rescoldos del amor.
Pero si hay dulzura en recordar estos poemas que salieron del corazón.
Un abrazo
(Perdona, pero estoy informando a la gente de que dos antiguos blogs míos, que ya eliminé hace tiempo, han sido tomados por un spam. Si estabas suscrito a uno de ellos y ves en tu escritorio actualizaciones falsas en indonesio, es por eso.. Los blog suplantados son: "Relatos de una quijótica" http://volarelarelatos.blogspot.com.es/
e "Ilustraciones poéticas" http://lustracionespoeticas-volarela.blogspot.com.es/
Para que no te moleste más este spam debes eliminar esta suscripción del panel de lectura.
Siento mucho las molestias. Un fuerte abrazo )
Bonito sentir reflejado en tus palabras amorosas, cálidas y siempre envolventes. Es un privilegio poder leerte. Un abrazo.
Ese es el reto de todo poeta, "llegar", conmover, emocionar...
Tú llegas, José Manuel. Enhorabuena.
Sencillamente maravilloso...
Es facil deslizarse en este lenguaje, mecerse en cada verso y fluir . Bellas imagenes , gracias por compartir. Un abrazo
Es cuestión infinita de atemperar el reloj 🕒.
Siempre quedará hora, si se la espera. Si se la aguarda con mimo, J. M.
Abracicos
Es cuestión infinita de atemperar el reloj 🕒.
Siempre quedará hora, si se la espera. Si se la aguarda con mimo, J. M.
Abracicos
me encanta haberte encontrado y leido
un abrazo aunque no te conozco
Hermoso, bello, enhorabuena.
Bs.
Tu sentir emociona,, bonitas letras. Beso
No hay horas ni vida.
Precioso poema, José Manuel.
Saludos
buena semana JOSE
abrazos gorditos
Intenso poema José. El amor nos enciende y en cada encuentro nos agota la vida.
mariarosa
Bueno veo que te cuesta publicar… pero aquí estamos tus seguidores a la espera de tus letras. Un abrazo.
Vuelvo después de una temporada dormida en la esperanza del tiempo. Hoy un poco más despierta estoy recopilando lo que tenía guardado en el cajón de la amistad.
Me encanta no hay horas sorprendidas, ya que si los sentimientos están despiertos, las horas son sabedoras de tanto...
Un abraciño amigo José Manuel
y gracias por conjugar el placer de la amistad.
Rosa María Milleiro Domínguez
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