Mientras mis manos llenen
la raíz del espejo de tu mirada
en el silencio más brutal,
ese el que nadie ve,
pero duerme
sobre las palabras ebrias,
sobre versos
resquicio de turbia oscuridad.
Mientras extraño sea el día
en que mis manos sean causa de vida,
y ese ángel que paso entre nosotros
no te reconozca
y te robe la luz,
el incendio de las tempestades,
la voz que disputa
el silencio más elocuente.
Mientras mis manos se dediquen
a propagar analogías que reluzcan
para el sombrío viento del noroeste,
en el pasillo de la memoria,
fugaz cortesía de tu mirada,
y el negro será el color
de la intimidad encalada de mi muerte.
Mientras mis manos me lleven
a comenzar mi historia
por debajo de las profundidades,
(para cuando esto esté sucediendo)
se bien que entonces seré nube,
anclada entre las raíces
de un viaje de amor terrible,
seré alma que escribe tu nombre,
seré el silencio que envuelve tu recuerdo,
seré el final de un poema.
©José Manuel Serna León